Compromiso con el desarrollo comunitario
Con la firma de dos nuevos convenios entre la Gobernadora Departamental de Suchitepéquez, Mariana Enríquez, y el alcalde de San Francisco Zapotitlán, Luis Gonzalo Mejía Castro, se oficializa el inicio de dos obras esenciales para este municipio. Ambas están destinadas al mejoramiento del sistema de agua potable, un paso firme hacia la dignificación de las condiciones de vida de sus habitantes. Esta acción, impulsada bajo el plan de gobierno del presidente Bernardo Arévalo, refleja el compromiso de su administración por transformar las comunidades desde la raíz, apoyándose en los Consejos de Desarrollo como herramienta clave de planificación participativa.
Infraestructura vital para el bienestar
La primera obra beneficiará al Sector Río Negro 1 de la Aldea San José, donde por años los vecinos han enfrentado escasez de agua potable. El proyecto contempla la perforación de un pozo mecánico y la instalación de un tanque elevado de 60 metros, permitiendo un suministro estable y seguro, incluso durante la temporada seca. Esta inversión no solo mejora el acceso al vital líquido, sino que también protege la salud y promueve la sostenibilidad hídrica en una zona que ha visto sus fuentes naturales afectadas por el crecimiento urbano.
Por otro lado, el segundo proyecto se ejecutará en el Cantón Mercedes. Aquí, la presión sobre el sistema de abastecimiento actual ha alcanzado niveles críticos. La obra incluye una perforación similar, caseta de bombeo, red de distribución, cloración y un banco de transformador. Esta solución integral busca garantizar agua potable para todos, incluidos los vecinos del caserío Las Ánimas, promoviendo la equidad en el acceso a los servicios básicos.
Gobernanza eficiente y resultados concretos
Con estas acciones, San Francisco Zapotitlán se convierte en el cuarto municipio del departamento en completar la autorización del 100% de sus proyectos financiados con el aporte ordinario del Consejo Departamental de Desarrollo. Este hito evidencia una administración eficiente y colaborativa, capaz de responder con obras concretas a las necesidades históricas de su población.
Ambos proyectos representan más que una mejora técnica: son un símbolo del avance hacia una gestión pública cercana, transparente y enfocada en resolver problemas reales. Porque el agua potable no es un lujo, es un derecho.