Un nuevo pozo mecánico y tanque elevado buscan garantizar agua constante y digna a más de 150 familias.
El proyecto Mejoramiento sistema de agua potable Cantón Nueva Jerusalén marca un antes y un después para los habitantes de este sector del municipio de San Gabriel, Suchitepéquez. La iniciativa fue oficializada durante la firma del convenio entre la gobernadora departamental de Suchitepéquez, Mariana Enriquez, y el alcalde Aurelio Ceballos Sacayón. Se trata de una obra emblemática que responde a una necesidad histórica de acceso al agua en esta comunidad.
Actualmente, los vecinos de Nueva Jerusalén dependen de un pozo ubicado en otro cantón, el cual también abastece a la cabecera municipal. Esta fuente, sobreexplotada y compartida, ha obligado al racionamiento del servicio, dejando a muchas familias sin el vital líquido en momentos críticos. El nuevo proyecto, que contempla la perforación de un pozo mecánico, la instalación de un tanque elevado, un sistema clorinizador y conexión a la red existente, cambiará esa realidad para siempre.
Una deuda histórica que empieza a saldarse
Durante años, los pobladores de Nueva Jerusalén han alzado su voz. Gobiernos pasados los escucharon, pero no actuaron. Hoy, bajo el liderazgo del presidente Bernardo Arévalo y su visión de desarrollo con dignidad, este proyecto se enmarca dentro de los esfuerzos del Ejecutivo por transformar las condiciones de vida a través de los consejos de desarrollo.
Con una inversión de Q1,880,000.00, financiada por el CODEDE, se espera beneficiar directamente a más de 750 personas —niños, adultos y adultos mayores— que han vivido las consecuencias de un acceso limitado al agua. El impacto va más allá de lo sanitario: se prevé mejorar la producción agrícola, disminuir la desnutrición y reducir enfermedades comunes provocadas por el consumo de agua no tratada.
Agua para vivir y crecer
El Mejoramiento sistema de agua potable Cantón Nueva Jerusalén no es solo una obra de infraestructura: es una herramienta para la equidad. Además, incluye un componente educativo para fomentar una cultura de responsabilidad en el uso de servicios públicos y el fortalecimiento tributario local.
Con voluntad política y participación ciudadana, el agua llegará limpia y constante. Esta vez, el cambio no es promesa: es perforación, tubería y compromiso.